domingo, 20 de noviembre de 2011

TEORÍA ÉTICA

TEORÍA ÉTICA

Eudemonismo: toda teoría ética que identifica la felicidad con el Bien.
      La primera teoría eudemonista importante es la de Aristóteles. Este filósofo hará consistir la felicidad humana en el desarrollo de las facultades intelectuales y la vida virtuosa.
Bien Supremo: Fin último hacia el que tienden todas nuestras acciones: la felicidad.
Fin: La finalidad o motivo de una acción.
      Llamamos fin al término de una acción, al acabarse una actividad; pero en la filosofía aristotélica el sentido más importante de este concepto es otro: fin como aquello en virtud de lo cual se hace algo, como el motivo o finalidad de una acción.
      La noción de fin es muy importante en la física y ontología aristotélica pero también está presente con claridad en su antropología y en su ética. Así, por ejemplo, la teoría de la virtud se construye a partir de la reflexión relativa a la finalidad propia del alma humana y de sus partes, al igual que la concepción de la felicidad como el fin último de la actividad humana.
      Cabe dividir el fin en fin final o perfecto y fin medio o imperfecto.
      Todos los seres naturales y artificiales tienen fines, fines que están definidos a partir de lo que son en acto, a partir de su esencia y forma, y a cuya realización aspiran.

Fin Medio o Imperfecto: Es aquel fin que se quiere por otra cosa y no por sí mismo.
       Es lo que nosotros llamamos ordinariamente medio.
     Un claro ejemplo de fin medio es realizar el examen de acceso a la Universidad: no es algo que se quiera por sí mismo sino porque es un requisito imprescindible para comenzar los estudios universitarios, y lo hacemos precisamente por ser un medio para ello. Pero conviene caer en la cuenta de que también es un fin (es un fin medio) puesto que hemos hecho otras cosas con la intención de realizar dicha prueba (por ejemplo, matricularnos y superar el Bachiller).
Fin Final o Perfecto: Es aquél fin que se quiere por sí mismo y no por otra cosa.
      Aunque se puede hablar de la existencia de varios fines finales o perfectos todos estos fines tienen un elemento común y más general que es la felicidad. Por esta razón, Aristóteles defenderá la existencia de un fin final cuya realización es el máximo y principal afán humano y que hace que "el deseo no sea vacío y vano", y llamará felicidad a dicho fin.

Felicidad (PAU): O eudaimonía. Es el Bien Supremo del hombre.
      Puesto que la felicidad es aquello que acompaña a la realización del fin propio de cada ser vivo, la felicidad que le corresponde al hombre es la que le sobreviene cuando realiza la actividad que le es más propia y cuando la realiza de un modo perfecto, esto es la actividad racional e intelectual.
     Es más propio del hombre el alma que el cuerpo por lo que la felicidad humana tendrá que ver más con la actividad del alma que con la del cuerpo; y de las actividades del alma con aquella que corresponde a la parte más típicamente humana, el alma intelectiva o racional.     
     La dificultad surge al tratar de comprender en qué consiste la felicidad y de qué modo la podemos alcanzar; Aristóteles sostiene que la felicidad se encuentra en la virtud o perfección de la función propia del hombre, la razón.
    Podemos dividir las virtudes en dos clases: virtudes dianoéticas: las propias de la razón y las más importantes para Aristóteles;  y virtudes éticas: las de la razón aplicada a los apetitos sensibles.
            Como en el alma intelectiva encontramos el entendimiento  y la voluntad, y llamamos virtud a la perfección de una disposición natural, la felicidad más humana es la que corresponde a la vida teorética o de conocimiento (virtudes dianoéticas). Finalmente, y desde un punto de vista más realista, Aristóteles también acepta que para ser feliz es necesaria una cantidad moderada de bienes exteriores y afectos humanos.       La virtud ética es un hábito de elección que conduce a optar por el equilibrio entre dos extremos viciosos ("justo medio"). Es un hábito porque no basta con haber elegido una vez bien para considerarse virtuoso. La tendencia permanente a obrar correctamente se adquiere por una serie larga de repeticiones en la elección de lo correcto que genera en nosotros una costumbre.
     La razón es la que determina en cada caso cuál es el justo medio; la prudencia es la virtud que adquiere el hombre que ha elegido correctamente el justo medio en muchas oportunidades. La virtud ética suprema es la justicia.
      En resumen, para Aristóteles  la felicidad es la adquisición de la excelencia de las facultades intelectivas.

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