En la filosofía de Aristóteles, filósofo griego empirista del siglo IV a.C., se observa la huella de ideas y problemas ya tratados anteriormente por los filósofos anteriores: así pues lo podemos relacionar con: Heráclito y Parménides, filósofos griegos presocráticos del siglo VI a.C. y sobre todo con Platón, filósofo griego idealista del siglo V a.C.
En primer lugar, Aristóteles coincide con Heráclito en cuanto afirman que la base de la comprensión de la realidad radica en la experiencia sensible, en nuestros sentidos que nos hacen conocer de forma fiable las cosas concretas e individuales de que consta la realidad.
Así mismo, ambos sostienen que la realidad está sometida al cambio permanente, “todo fluye nada permanece” nos decía Heráclito a lo cual Aristóteles sostiene que en la naturaleza de cada ser está “el principio intrínseco de reposo o movimiento”; en conclusión, mientras Heráclito afirma que el devenir es el principio de todas las cosas, Aristóteles afirma que todos los seres se mueven gracias al principio de la naturaleza o physis.
En segundo lugar, Aristóteles discrepa con Parménides en cuanto a cuál es la fuente de conocimiento válida; Parménides afirma que ésta es la razón, mientras que Aristóteles defiende a los sentidos como fuente de conocimiento fiable. Así mismo, ambos discrepan en cuanto a su concepto del ser; para Parménides el ser es inmutable, es decir, en él no existe ningún tipo de cambio, “el ser es y el no ser no es”, sin embargo, Aristóteles afirma que todos los seres se mueven gracias a que en ellos existe un espacio de fuerza interna que es la que posibilita el cambio (ser en potencia), solucionando así el problema del cambio planteado por Parménides.
En tercer lugar, hay que destacar de manera especial la influencia que ejerció Platón sobre Aristóteles, su discípulo más notable y brillante.
En cuanto a la ontología o visión de la realidad, ambos mantienen una visión distinta; por un lado, Platón considera que la realidad se divide en dos: Mundo inteligible y verdadero al que se accede mediante el uso de la razón y, en un rango inferior, el mundo sensible y aparente donde lo que prima es la opinión como conjunto de verdades que se ofrecen a los sentidos mientras, por otro lado, Aristóteles defiende un único mundo, el sensible, donde se encuentran las esencias de las cosas y a las cuales se accede a partir de la experiencia sensible.
En cuanto a la epistemología o teoría del conocimiento también ambos mantienen una visión diferente; por un lado, para Platón “conocer es recordar” lo ya conocido en las esencias de las cosas, se refiere a su teoría de la Reminiscencia; en contraposición, Aristóteles afirma que para comprender la realidad es necesario realizar un estudio de las causas que determinan los cambios que se producen, elaborando un concepto, todo ello a partir de la experiencia sensible
Así mismo, sus teorías antropológicas no coinciden; Platón afirma que el ser es el resultado de la unión accidental del cuerpo y alma la cual es inmortal y transmigra de cuerpo en cuerpo; por su lado, Aristóteles afirma que el ser es el resultado de la unión sustancial e inseparable de dos principios íntimamente relacionados, el cuerpo y el alma. También, ambos coinciden en sostener que la actividad contemplativa está más ligada al alma y además ambos distinguen tres tipos o funciones del alma: racional, irascible y concupiscible en Platón y racional, sensitiva y vegetativa en Aristóteles.
Aunque ambos sostienen que la actividad contemplativa está más ligada al alma sin embargo ambos mantienen una visión opuesta acerca del modo de obtener la felicidad; para Platón la felicidad consiste en la contemplación de un bien trascendente, la idea del Bien, gracias a la actividad racional y la virtud entendida como principio de armonía e inteligencia; por su lado, Aristóteles afirma que la felicidad consiste en la excelencia de la razón (virtudes dianoéticas), entendida como principio de prudencia y justicia.
Por último, la política es entendida de forma distinta por ambos filósofos; Platón mantiene una visión idealista y utópica del funcionamiento de la sociedad basada en un principio de utilidad entre las distintas clases sociales (gobernantes, guardianes y artesanos); en contraposición, Aristóteles defiende una visión realista a partir de la cual afirma que todo sistema político debe tener como máximo afán que todos los ciudadanos vivan de una manera virtuosa de acuerdo a la función más propia del hombre, que es la actividad racional, propia sólo de los hombres libres y autosuficientes.
Así mismo, ambos consideran que la sociedad influye de manera determinante en el grado de felicidad de un individuo y abogan por la formación íntegra del hombre y su educación política.
Realizado por una alumna de 2º bachillerato
1 comentario:
Espero Eugenio que a lo largo del curso vayas subiendo más las notas de todos !!!! (La delegada de 2ºB)
Publicar un comentario